jueves, 20 de febrero de 2014

Cómo superar la ansiedad sin medicamentos


Todo lo que existe está sometido a un orden y regido por unas leyes. Esto es así en el universo, en la tierra y en el ser humano. La vida y la propia naturaleza están regidas por ciclos y leyes. Además, cada especie tiene sus específicos biorritmos.

Por supuesto, la especie humana no es una excepción. El problema lo encontramos en nuestra propia capacidad cognitiva que nos permite alcanzar comprensiones y desarrollos sin parangón comparado con el resto del mundo animal, y que a la vez nos desconecta de la parte más esencial. Perdemos la conciencia de nuestros propios biorritmos en aras de atender unas veces las obligaciones de nuestras sofisticadas vidas y otras veces nuestros caprichos.

En ese momento, comenzamos a conducirnos de modo no acorde, no armónico, con la esencia de nuestra propia naturaleza. Entonces se abre, no solo la puerta de la ansiedad, si no de muchas otras enfermedades.

Cuando se trasgreden puntualmente nuestros biorritmos, o leyes, no ocurre nada, pero cuando se persiste en el desfase, en la desarmonía, ineludiblemente, irremediablemente, ocurrirá el desastre.

No hay medicamentos que puedan arreglar lo que es contra natura. Esta idea deberíamos grabarla en nuestras mentes.

Los biorritmos no solo se refieren a horarios, comidas y alimentos, ejercicio y descanso, etc., sino que también atañen al estado emocional.

Para superar la ansiedad con o sin medicamentos:
Comer lo más natural posible y lo más sano posible. Esto no solo significa comer verduras, semillas, frutos secos, pescado, legumbres, poca carne o ninguna, sino evitar lo excesivamente procesado y aquello que contenga gluten. Cocina sencilla, pero prepárate tus alimentos. Si crees que no tienes tiempo, organízate, la salud te va en ello. Evita lo artificial, empezando por las bebidas gaseosas y de colores. Aprende a disfrutar del agua y de los zumos naturales.

Suprime los excitantes concentrados como el café, el té, el chocolate, el azúcar… o consúmelos de forma esporádica, pero nunca como un hábito cotidiano. Es el equivalente a tomar un medicamento que te perjudica. Tarde o temprano encontrarás sus efectos.

Desayuna. Salir de casa sin desayunar es uno de los peores hábitos. Tu cerebro lo acusará. Si no tienes tiempo para desayunar, sigue conviviendo con la ansiedad.

Haz tres comidas al día que no sean copiosas y toma algo entre horas.

Practica ejercicio con regularidad. Si no puedes ir al gimnasio, hazlo en casa.

Duerme un mínimo de 7 u 8 horas. Si la ansiedad te lo impide y tienes insomnio, empieza a cumplir el resto, es posible que te sorprendas.

Ve a la naturaleza. Sal a la montaña todo lo que puedas. El contacto con el entorno natural es vital.

Cultiva buenas, sanas y leales amistades. Haz cosas por ellos sin esperar nada a cambio.

Lee libros sapienciales, de búsqueda espiritual o aquello que te sirva para comprender mejor el sentido de la vida y, más allá del sentido de la vida, que tal vez sea muy grande para nosotros, el sentido de tú vida.

Todas estas prácticas no resolverán tus problemas laborales, familiares ni cambiarán tus circunstancias temporales. Pero harán que las vivas de otra manera.


Y si no te ves con fuerza para hacerlo solo/a, acude en busca de ayuda. Hay psicólogos que te ayudarán a sincronizarte con tus biorritmos y tu pulsión interior. Si es preciso puedes combinar suplementación natural, acupuntura y terapia psicológica.

Infecciones urinarias, problemas de próstata y remedios naturales

Las infecciones urinarias en los hombres y los problemas de próstata suelen ser resistentes y pueden reproducirse.

Muchos hombres acuden al urólogo que es quien determina con exactitud la patología y el grado de afectación. Otra gran parte, algunos combinando tratamiento médico con remedios naturales, busca alivio en la naturopatía y la medicina tradicional china entre otras terapias.

Los remedios naturales se dirigen por lo general hacia el problema urinario y de próstata en concreto. Y casi todos toman uno o varios de estos suplementos: Saw Palmetto, arándono rojo, aceite de pipa de calabaza, zinc, gayuba, etc. Es correcto y además imprescindible desde el punto de vista de las terapias naturales. Pero hay otros aspectos que a menudo se descuidan: el sistema inmunológico y un examen minucioso de la alimentación que lleva la persona, el estrés y las emociones. Casi siempre el sistema inmune se halla deprimido y es preciso fortalecerlo. Desde la visión de las terapias naturales en caso de infecciones es imprescindible tonificar el sistema defensivo. En algunos casos también será necesaria una depuración orgánica sencilla.


Si se cubren los diferentes aspectos: remediar la molestia local, potenciar el sistema inmune, depurar y rebajar el estrés se pueden obtener unos resultados muy buenos. Para conseguirlo se emplea suplementación natural, fitoterapia china y acupuntura principalmente.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Masaje descontracturante en Barcelona y Girona

Quiromasaje para dolores de espalda, cuello y lumbares. Contracturas crónicas que producen cansancio, dolor, impiden el descanso y crean mayor estrés añadido.
Se ofrece una terapia combinada de masaje, acupuntura y terapia con ventosas o cupping my eficaz para reducir las contracturas, la tensión muscular y la principal molestia que de estas se deriva: el dolor.


Los efectos se notan desde la primera sesión y bastan alrededor de 4 sesiones, una por semana, para sentir la espalda libre de dolores por contracturas. Después, sólo será cuestión de hacer un mantenimiento con alguna sesión esporádica.

Contracturas permanentes en espalda y cuello

Se puede afirmar que casi todo el mundo ha sufrido alguna vez contracturas en la espalda y/o cuello o cervicales. Pero muchos las soportan de forma permanente o crónica. La sintomatología es la misma, dolor, limitación de movilidad, imposibilidad de un descanso reparador, dolores de cabeza en algunos casos, mareos, etc., pero a esto hay que añadir un cansancio más acusado e incluso afectación del carácter.

El dolor, que es la peor molestia de una contractura, es constante aunque puede variar su intensidad. Periodos o hasta momentos del día en que el dolor es más intenso, como una punzada que impide mantener posturas y obliga a cambiar sin encontrar alivio, y otros en que se vuelve más sutil. Sin embargo, siempre está presente.

La mayoría de estas personas ha probado diversos remedios, desde sesiones de recuperación a relajantes musculares. Por experiencia, el masaje por sí solo, puede mejorar mucho la calidad de vida y reducir las molestias considerablemente, pero no llega a una solución más definitiva.

No es fácil erradicar por completo una contractura crónica. Los tejidos parecen guardar memoria y las tensiones de la vida cotidiana vuelven a activarla, a forzar la contracción de las fibras musculares en la misma zona.

En mi opinión, basada en mi experiencia, el masaje acompañado de terapia con ventosas e incluso, si es necesario, microsangradura para descongestionar los tejidos, acupuntura y alguna suplementación natural como por ejemplo, aunque no la única, el magnesio, ofrece resultados más profundos.


lunes, 17 de febrero de 2014

Ansiedad y acupuntura

La ansiedad es el primer estadio de muchos trastornos psico-emocionales más severos. Con frecuencia muchas personas afectadas por el trastorno de ansiedad generalizada le dan salida con la comida con el consiguiente y progresivo sobrepeso, con el deporte, con las compras o con cualquier actividad que se realiza sin control y equilibrio. Sin embargo, quienes no dan salida a la ansiedad pueden ver como se incrementan sus crisis y aumenta la posibilidad de que con el tiempo desarrollen problemas más graves como obsesiones, fobias, etc.

La ansiedad es preciso afrontarla desde que se puede determinar que uno la sufre. Es decir, pasados un mínimo de seis meses durante los cuales se pueda determinar que existe ansiedad en vez de un tiempo de mayor nerviosismo por circunstancias razonables.


La acupuntura es un complemento terapéutico reconocido para reducir los estados de ansiedad. Además, permite no sólo rebajar el estado nervioso interior, si no que permite trabajar individualmente en cada caso concreto los desequilibrios de los diferentes órganos y que contribuye a aumentar esa ansiedad.

Masaje descontracturante para el dolor de espalda

La causa más común de los dolores musculares de espalda es el estrés. Este actúa como un exceso de estimulación nerviosa que termina por generar una contracción permanente del músculo. Las fibras musculares se contraen ocasionando la tensión muscular que acompaña al dolor.

Por supuesto, no es la única causa: la nutrición inadecuada con el insuficiente aporte de minerales, el sedentarismo y el exceso de ejercicio, la falta de descanso o descansar en superficies inadecuadas, el exceso de sexo y las lesiones osteoarticulares también pueden producir dolor de espalda.


Cuando el dolor de espalda se produce por estrés es preciso actuar de dos modos: encontrando mecanismos para canalizar el estrés y aprender a vivir las circunstancias de otro modo y, realizar unas sesiones de masaje descontracturante que relaje las fibras musculares, las estire y a la par, descargue el estrés y la tensión acumulados en los músculos.

El Zinc y la próstata

El Zinc es uno de los minerales más abundantes en el organismo ocupando el segundo lugar sólo por detrás del hierro.

Su importancia en el sistema inmune está reconocida ampliamente, así como su efecto sobre la piel y la cicatrización de heridas.

No tiene una localización concreta en el cuerpo humano, siendo los músculos, los huesos y la piel donde más suele encontrarse aunque la glándula que mayor concentración tiene de zinc es la próstata y el semen contiene aproximadamente cien veces más zinc que la sangre. En este sentido, se requiere que las necesidades de zinc estén cubiertas para el buen funcionamiento de la próstata. Y como hoy en día los alimentos procesados tienen una deficiencia acusada de este mineral, en ocasiones será necesario suplementarlo.


No está demostrado que actúe en la hiperplasia benigna de la próstata, sin embargo, es necesario para su función normal.